La inmediatez ha llegado a la moda
La venta minorista de moda siempre ha sido siempre un sector muy dinámico, pero las tendencias solían ser algo predecibles. Ahora, ya no es así.
Los clientes ya no se conforman con ser simples consumidores pasivos de la moda. Gracias a la tecnología, se sienten con el poder de interactuar con las marcas y lo que es más importante, de influenciar en sus tendencias usando los canales digitales antes, durante y después de su compra.
Cada vez más, Instagram y otras redes sociales dictan lo que es tendencia hoy en día. Pero esto puede desaparecer muy rápidamente, es por eso que muchos diseñadores y muchas marcas ya no buscan anticiparse intentando pronosticar las tendencias de la próxima temporada con mucha antelación.
Lo veo, lo quiero, y lo quiero ahora.
La inmediatez ha llegado a la moda y los consumidores buscan una experiencia instantánea, estamos en tiempos de lo veo, lo quiero, y lo quiero ahora. Tras pocos usos la ropa puede “considerarse” como vieja, según un estudio de McKinsey, se compra un 60% más de ropa que hace 15 años y en la mitad del tiempo en que se compraba antes. Compramos más y más rápido.
Los minoristas se han tenido que adaptar a este fenómeno comprimiendo el tiempo de entrega y pasando a una situación en la que las necesidades en sus tiendas ya sean físicas u online, cambian a menudo. Los artículos que no se venden lo suficientemente rápido se rebajan rápidamente para seguir nutriendo la tienda de nuevos productos.
El fast fashion
Los líderes de la moda rápida han llevado al extremo esta “necesidad de rapidez”. A Zara le bastan dos semanas para llevar un producto del estudio de diseño a la tienda mientras que, en Reino Unido, el minorista de moda rápida Topshop lleva nuevos productos a sus tiendas a diario.
Con esta nueva dinámica en el retail de moda, el poder pronosticar las tendencias de moda ha perdido todo su valor. Por el contrario, ahora las marcas y los minoristas necesitan ayuda para filtrar la enorme cantidad de información que hay sobre tendencias para decidir cuál quieren aprovechar en un mercado específico y, con suerte, identificar una tendencia duradera que no desaparezca de la noche a la mañana.
Cuatro grandes ideas
WGSN, un servicio de previsión de tendencias en el Reino Unido, ha bautizado estas tendencias duraderas como “Grandes Ideas” y tiene cuatro.
La primera idea es la de crear mejores prendas básicas que se puede ver casi como una reacción de los consumidores contra la moda rápida que buscan artículos básicos de mejor calidad y que no pasen de moda rápidamente.
La segunda idea es una tendencia clara y visible para cualquiera que pasee por una calle principal es la nueva tendencia casual. La ropa casual ha saturado el mercado y ahora es un elemento esencial de la “moda post-modernista”. Los millennials no temen combinar moda de gama baja con gama alta y las tiendas tienen que estar preparadas para ello.
En la tercera idea, de las demografías olvidadas, se ha dado cuenta que los minoristas de moda están aprendiendo a dirigirse a consumidores mayores con mayor poder adquisitivo pero que son menos tolerantes a productos de baja calidad y que esperan un buen servicio post-venta.
La sensibilidad inteligente es la cuarta gran idea, en ella se describe cómo el mercado de moda formal está creciendo rápidamente en Europa y Estados Unidos al crecer el número de mujeres trabajadoras y con estudios universitarios.
¿Ha llegado el fin de la moda rápida?
Para satisfacer las necesidades complejas y cambiantes de los consumidores de hoy en día, los minoristas necesitan adoptar la transformación digital en todas las etapas del proceso de compra. Al hacerlo, pueden detectar tendencias más rápidamente, reducir el tiempo de lanzamiento al mercado de la nueva colección y asegurar que sus operaciones en tiendas físicas y online trabajen en conjunto bajo una estrategia omnicanal coherente.
No estamos viendo el fin de la moda rápida, para nada. Pero sí estamos viendo un cambio y el mayor cambio viene de los consumidores jóvenes, la generación del empoderamiento, que están preocupados por la transparencia, la ética y la sostenibilidad en la moda, así que, a pesar de que aún harán compras impulsivas, también quieren comprar artículos que reflejen sus valores.
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